Tuesday, December 30, 2014

Laváte el Ano Nuevo

Justo cuando pensábamos que este fin de año no nos depararía más que lechón frío pateándonos al hígado, y parientes rompiéndonos las pelotas, llegó a esta redacción un boletín de prensa de Los Chonguitos, ahora rebautizados como Los Chonguitos Asesinos, la banda de folklore glam que le puso purpurina, lentejuelas, y botas rosas al Festival de Cosquín, provocando las náuseas, y la homofobia en la Plaza Próspero Molina en el 85'. Parias y heresiarcas desde un principio, llevaron su propuesta a La Falda el año siguiente buscando la apertura mental del público rockero. Pero fue demasiado hasta para ellos. El cantante de la banda, Adrián Sciolítico, le robó la minifalda a Patricia Sosa del camarín de La Torre, y después vomitó fernet con coca sobre los blancos e inmaculados pantalones de Oscar Mediavilla. El público no entendió lo de el maquillaje profuso, la ropa rutilante, y el repertorio de chacareras eléctricas y lo inusual de los instrumentos (son los inventores del charango doble de seis y doce cuerdas hecho no con mulita sino con dos caparazones de tatú carreta, a la manera de un Jimmy Page telúrico) con arrebatadores títulos como 'En la Rueda de Carro, el Paisano entregó el Ano', 'La Pampa Tiene El Ombú, y Yo Tengo Este Arbol' o 'Donde Iremos a Fumar si se Apaga esta Rama'. No encajaban en ningún lado, pero, Gustavo Santaolalla, gran descubridor de porquerías insufribles, les dio una oportunidad. Y el resto de la historia es conocido: problemas con el vino de damajuana, las empanadas de humita, y el locro a cualquier hora. Se impuso desintoxicación, y rigurosa puesta al día. Se les perdió de vista o de oídas, pero este año se rumoreaba un cambio de imagen, una sobriedad autoimpuesta pero que sin embargo contrastaba con las truculencias de siempre: quisieron grabar un disco de duetos como banda de apoyo en el que aportarían las voces los criminales más conocidos de los últimos tiempos. A la manera de los Sex Pistols con Ronald Biggs, y de La Mancha de Rolando con Amado Boudou, Los Chonguitos querían grabar con La Garza Sosa, el Gordo Valor, y hasta con Ricardo Barreda. La Liga de Tilingas Rialistas saltó como leche de guascazo, como así también el colectivo LGBTIIMXIV, que pusieron el pito en el cielo, llamando la atención de medios, y opinión pública por igual. No importa, el año que viene esperamos más de nuestro héroes, los denostados Chonguitos


Friday, December 12, 2014

Yo ya no soy Yo

Hace tres días que estoy con un ataque de gota, y rengueo al caminar. Mi ácido úrico debe estar en valores peligrosos, y mis riñones no pueden procesarlo. Hace tres días que no tomo una miserable cerveza, y sólo salgo con el crepúsculo, para llegar hasta la radio donde musicalizo una hora y hago algo parecido a trabajar. Camino casi sobre un sólo costado, y mientras lo hacía ayer, se me ocurrió, 'parezco un personaje de Dickens'. El borracho de la aldea, al cual los perros ladran por su sospechosa marcha, los adultos miran con recelo, y los niños arrojan piedras. Un báculo y ropas raídas harían parte del cuadro, en el que covachas, alcantarillas oscuras y sinuosas, y carros tirados por caballos enmarcarían como fondo. Como ese viejo encorvado y barbudo del disco de Jethro Tull. Mi nombre sería Burnham, o Crumpacker. Misántropo, sine prole, sine parole, viviendo en una habitación rodeado de gatos, con los cuales me disputaría las sobras, o sus presas. Sobre un improvisado estante consistente en una tabla sostenida por ladrillos, unos cuantos libros descansarían unos sobre otros medio parados, medio acostados. ¿Quieren pasar a verlo? No tengo mucho que ofrecer, pero una lata de atún que después me sirve de lámpara rellena con aceite de carro les apetecería. Verán: yo no siempre fui así (la historia sigue y abunda en lugares comunes, un pasado pletórico de candidez y malas decisiones, traiciones, atajos que probaron ser emboscadas; lo que a primera impresión parece prosaico y chocante de sus maneras revelan después lo noble, señorial, y caballeresco de su  disposición)
 He sido civilizado porque he tenido vicios. La compulsión hacia la bebida ahogó muchas cosas que no pude decir, miles de besos que no pude dar. Si al ser un borracho no le rompo el corazón a nadie, ¿porqué mis riñones no filtran mi sangre como deberían? Se impone un cambio en la dieta, en la conducta. 72 horas sin una mísera cerveza.